Clima y trivialidad

 Si me preguntaran que cuál es el tema universal por excelencia respondería sin pensar que el clima. No importa la cultura, el país, me atrevería a decir que casi ni la edad. Todo el mundo ha utilizado el clima como tema simple, de inicio de conversación, alguna vez en su vida (sino múltiples).

 En una estación de tren o en una parada de bus con algún desconocido, o en una reunión de negocios para abrir el hielo, múltiples son las situaciones donde el clima se trae a colación: qué calor hace hoy no?, cómo está el clima en tu ciudad?, no sabes el frío que está haciendo acá!.

 Incluso conversamos con nosotros mismos sobre el tiempo: uy no puede ser, está lloviendo y no traje mi paraguas!. Está hermoso el día, hubiera traído mis lentes de sol!. Es un tema tan relevante para todos los seres humanos que lo damos totalmente por sentado. Simplemente está ahí, presente todo el tiempo, sin que reflexionemos mucho en él...como un mal necesario.

 El hecho de haber nacido en un país tropical, como en mi caso, trae un detalle adicional. Se crece con la idea que el clima siempre es igual o muy similar siempre y que además es impredescible. Sabes que la diferencia según los meses es que en unos meses llueve más que otros, pero sencillamente llevas un paraguas y un pequeño sueter y todo el resto de tu ropa permanece relevante durante todo el año. No te acostumbras a chequear constantemente cómo andará el clima hoy o mañana...No sé si en el fondo nos gusta la sorpresa, que al fin y al cabo, no será tan grande como para poner patas arriba nuestro día.

 Las cuatro estaciones traen una serie de eventos, costumbres, expectativas y todo tipo de conversaciones y tradiciones en los países que las viven. El año y la vida se dividen con estos acontecimientos. Hay quien espera con ansias una estación y quien añora más bien la otra. Las personalidades se alinean a las estaciones como si compartieran características. Como si uno fuera más uno mismo cuando el tiempo se lo permite.

 Yo me pregunto si el clima de dónde se nace es en el que nos sentimos más a gusto. Uno podría apresurarse y decir que sí, pues todos los hábitos se han forjado alrededor de él y la costumbre es poderosa. Sin embargo, yo me atrevo a decir que, igual que con otros asuntos, lo aprendido, lo habitual y lo tradicional no siempre es lo que se acerca más a nuestro corazón. Algunas nuevas experiencias son reveladoras y unos grados más o menos pueden traer consigo paisajes, vivencias, sensaciones que te hagan sentir que perteneces...como si siempre hubieras estado ahí.

 Al final, algunas cuestiones que parecen triviales son las más importantes, son las que nos unen, las que tenemos en común y las que, sin darnos cuenta, rigen nuestras vidas y nuestro ánimo.

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