El desafío de las lenguas extranjeras
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Si existiera un módulo que pudieramos descargar cada vez que queremos dominar una lengua extranjera e integrarlo a nuestro cerebro, probablemente iríamos todos corriendo a comprarlo, incluso si el costo fuera alto. La idea de "brincarse" el proceso y pasar de inmediato al resultado final resulta muy atractiva, incluso para el más entusiasta de los aprendices de idiomas.
Hace poco escuché que aprender un idioma nuevo es como una maratón. Es un camino largo, que puede incluso tomar años. En realidad, en mi opinión, nunca se termina de aprender una nueva lengua, incluso la lengua materna. A todos nos ha pasado alguna vez que tomamos un libro en nuestro idioma y no entendemos muchas palabras o que quizá hablamos con alguien de otro país, que suponemos habla nuestro lenguaje, y prácticamente no entendemos nada. Las diferentes culturas enriquecen la lengua y parece ser que ésta es un ser viviente, continuamente creciendo y cambiando. De hecho, en mi opinión, es posible quedarse atras incluso en el uso del lenguaje nativo, si no leemos, si no nos cultivamos, nuestro vocabulario termina siendo tan reducido como el de un aprendiz (talvez incluso más).
Si ese es el caso entonces, cómo se supone que vamos a dominar otras lenguas si a duras penas dominamos la nuestra? Existen diferentes esquemas para medir cuan competente es alguien en el uso de determinado idioma, también, diferentes metodologías para llevarnos a alcanzar estas competencias: libros, academias, aplicaciones. Muchas veces nos encontramos probándolas todas, en medio de la frustración de que ninguna funciona, al menos aparentemente.
La personalidad nos puede jugar una mala pasada también. Si somos perfeccionistas, tímidos, nos gusta evitar "hacer el ridículo"o estamos acostumbrados a ser buenos en todo, aprender un idioma puede ser muy perturbador, ya que pasará mucho tiempo antes de sentirse cómodo. No es fácil tratar de comunicarte y no tener "materia prima" para hacerlo. No encontrar las palabras, la estructura, el tono, puede llegar a ser muy desanimante.
Podemos tener el mejor de los maestros, pero ni siquiera él o ella puede hacer que nuestro cerebro asimile todo lo necesario con tan sólo ir algunas veces por semana a su clase. Entonces qué podemos hacer?
En mi experiencia, la inmersión es la mejor herramienta. Si alguien te sube a un avión y te deja en un pueblito en Alemania, donde las personas sólo hablan alemán y tú no tienes ni idea de que están hablando, al pasar del tiempo, naturalmente, irás comprendiendo, por asociación, por lógica, por necesidad. La necesidad es una gran motivación, que nos puede llevar a hacer cosas increíbles.
Pero bueno, no todos podemos tomar un avión e irnos a otro país únicamente con el fin de hablar su idioma. La mayoría tenemos trabajos, responsabilidades, o simplemente no tenemos los medios para hacer algo tan radical. Entonces, por eso recurrimos a esas otras herramientas y metodologías que mencionaba anteriormente. Pero, en mi experiencia (y sé que todos aprendemos diferente), más que recurrir a un método específico, es necesario "fingir" esa inmersión, en otras palabras, obsesionarse.
La mayoría de las veces, la palabra obsesión tiene una connotación negativa, pero en este caso, la obsesión a la que me refiero es desde el punto de vista de tener esta meta en la mente y hacer muchas acciones que tengan en común esa misma meta. Pasar por sentirse tonto hablando como un niño de 3 años es necesario, escribir cosas sin sentido, inventar palabras, propiciar conversaciones aún con el temor de que puede ser que no entiendas lo que te están diciendo. Consumir el idioma de todas las formas posibles y aventurarse a utilizarlo sin saber muy bien cómo.
Desde mi punto de vista, es de los procesos más complejos, pero tambien es un camino de apertura de mente, de descubrimiento de una parte del mundo que no conocías. Cada idioma aprendido es la ventana a otras culturas, a la visión de mundo de otras personas, a lo que es importante para ellos, sus costumbres. Cada lectura, película, serie, podcast o conversación es un aprendizaje, no únicamente de la lengua en sí, sino de todo este universo ajeno, que poco a poco vas sintiendo como tuyo tambien.
Si lo veo desde punto de vista, no sé si me gustaría descargar el módulo que comenté al inicio e integrarlo en mi memoria, me perdería de todas esas aventuras del proceso, de todos esos descubrimientos, de la emoción de los pequeños éxitos, poder utilizar una frase nueva, poder pronunciar bien una palabra difícil, poder comprender un artículo. Me perdería de conocer las personas que se conocen en el camino, de oír sus historias, de intercambiar ideas.