El Working from Home...privilegio o perjuicio ?

  El otro día estuve leyendo que el término "working from home", aunque parezca increíble, existe desde la década de los 70s y, por supuesto su aparición está ligada al desarrollo de tecnología que la permitió (Principalmente tecnología de computación y líneas telefónicas).

  A pesar de que tiene más de 50 años de existir, en Costa Rica parece ser algo muy novedoso y que ha tomado fuerza y popularidad como consecuencia de la pandemia del Covid-19.

  Sin embargo, en mi caso personal, tengo casi 16 años de trabajar remotamente de una u otra forma de manera constante. Sé que el área profesional donde me he desarrollado tiene mucho que ver con haber tenido acceso a esta forma de trabajo tan tempranamente (al menos para la sociedad costarricense) y que puede ser visto como un privilegio...o no. Ese es precisamente el tema de este blog, cómo veo yo esta forma de trabajo, desde mi perspectiva.

 Tengo que ser honesta, inicialmente lo veía como algo muy extraño, y hasta un poco incómodo. El internet era terrible, el simple hecho de conectarse era todo un reto. Si te conectabas a internet el teléfono de la casa no funcionaba y entonces, viene la otra parte, la familia incómoda de tenerte ahí, diciendoles que bajen la voz, que el ruido del televisor no te deja concentrarte y ni se diga si tenía alguna consulta para algun compañero o jefe, comunicarse era sumamente difícil, no habían smartphones, talvez ni yo misma tenía celular, ya no recuerdo!

 Luego, viene la etapa en que ya finalmente vivía sola, en mi propio apartamento. Ya el internet era más decente, ya tenía smartphone y no tenía ruidos innecesarios en mi casa, pero... tampoco tenía mucho espacio donde poner un escritorio, además no tenía mucho dinero para comprar un monitor, una silla apropiada, hacía calor....y trabajar desde la cama es muy rico, pero no todo el día o todos los días. A pesar de todos los inconvenientes, imaginarme manejar 1 hora de ida y 1 hora de vuelta para trabajar en la oficina, me hacían verle el lado amable a trabajar en mi casa, y empezar a sentir cierto cariño por el WFH.

 No sé si será mi personalidad, esencialmente ensímismada aunque no parezca, que ha hecho que a través de los años, mi inclinación por el teletrabajo fuera creciendo (no me gusta el término teletrabajo la verdad, prefiero WFH :)). Empecé a verle muchísimas ventajas. No tener que levantarme temprano a lavarme el pelo o hacerlo la noche anterior si tenía que irme super temprano para la oficina, alistarme el almuerzo para llevarlo, vestirme y alistarme para ir presentable...y otras muchísimo mejores como la posibilidad de trabajar desde otro lugar que no es mi casa, ya sea un café, un parque, otro país...

 En las oficinas pasan cosas muy buenas, pero también pasan cosas no tan buenas. No extraño los chismes, las relaciones forzadas, las envidias o los almuerzos en grupo obligados. Sí extraño las pocas amistades genuinas que se pueden formar y una que otra experiencia cómica que recordar, pero creo que la flexibilidad hace que se puedan tener esas cosas, en otros entornos.

 No voy a negar que a veces sí me siento sola trabajando desde la casa. Pero también me he sentido sola trabajando desde la oficina, estar rodeado de personas no asegura la compañía.

 Hay quienes dicen que el WFH es un perjuicio, que te hace menos sociable, mas ermitaño, que evita que te desarrolles plenamente como profesional. Para mi, ha sido una gran fortuna...puedo tener lo más cercano a una vida equilibrada que he podido tener, escribir un blog en lugar de estar en una "presa" por horas y si algún día me despierto con ganas de ir a la oficina puedo ir...aunque no ocurre a menudo :)

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